Desde finales del siglo XIX la Calle Real empezó a configurar su entorno a partir del uso comercial, consular, bancario y financiero, el cual se va a construir incluso a lo largo del siglo XX. En medio de este panorama, la ruta propuesta sobre la actual calle 35 entre carrera 18 y 20 busca reconocer algunos elementos materiales arquitectónicos que aún existen y sirven como herramienta para comprender un periodo de la historia de la ciudad en donde se hallan los primeros vestigios de arquitectura moderna de Bucaramanga.

Zona Bancaría

Allí se encuentra la edificación del Banco de Colombia construida a finales de la década del 30 en la carrera 18 con calle 35, al frente se encuentra un edificio más reciente, el edificio del “Banco Comercial Antioqueño”. Estas edificaciones representan la transición que se vivió en las primeras décadas del siglo XX en las cuales se pasó de una arquitectura republicana a unas representaciones materiales ligadas a la arquitectura moderna.

Casa de Daniel Peralta

Construida en 1935, es una de las pocas edificaciones construidas con un fin habitacional sobre la calle 35. La casa fue construida por Daniel Peralta, médico que fundó la otrora emblemática Clínica Bucaramanga. Sobre la vivienda, el comerciante Bartolomé Rugeles señalaba que la edificación contaba con dos pisos, además era cómoda y confortable, amplia, y una terraza en el tercer piso. La vivienda era toda de cemento. No había nada de madera, sino las puertas. En su momento, se ubicaba entre los edificios de los Bancos Agrícola y Agrario.

Edificio Coltabaco

Ubicado en la carrera 19 con calle 35, este edificio inició su construcción en 1944, catalogado en su momento como edificación moderna y elegante primera edificación de cinco pisos de la zona, se encuentra ubicado frente al Hotel Bucarica y sirvió para las oficinas administrativas de la compañía. A la par que construía este edificio, la compañía adquirió un lote de cuatro hectáreas en los terrenos de San Alonso, los cuales posteriormente se usaron para vivienda de sus empleados. 

Además de ser uno de los edificios más altos de su época, fue el primero en la ciudad que instaló un ascensor. El elevador era manual y mantuvo esa característica durante más de 60 años.

Hotel Bucarica

Al costado occidental del parque Santander se alza el hotel Bucarica, el primer hotel “moderno” de la ciudad, realizado con recursos públicos departamentales y nacionales, que tuvo como finalidad albergar a los turistas que se supondría iban a llegar para presenciar los V Juegos Atléticos Nacionales de 1941. Su diseño lo realizó el arquitecto español German Tejero de la Torre, en su propuesta persiste el estilo republicano con tendencias modernas de este tiempo.

Banco de la República

Debido al crecimiento poblacional y urbano de Bucaramanga, el Banco de la República pensó en construir un nuevo edificio puesto que el existente en la carrera 18 con calle 35 era insuficiente. Ya para 1955 habían adquirido los terrenos donde actualmente se levanta el inmueble.

El actual edificio del Banco de la República fue diseñado y construido entre 1961 y 1963 por Pradilla González y Charria Limitada. Se inauguró en mayo de 1963. Cuenta con una plataforma de tres pisos, con terrazas perimetrales y una torre de oficinas con ocho pisos adicionales, las cuales suman 9.159 m2 construidos en un terreno de 1.169,69 m2.

Esta edificación además de ser sede administrativa y financiera de la sucursal del Banco de la República en Bucaramanga, ofrece un número importante de actividades culturales y tiene una sala de exposición de arte  permanente donde circulan obras de artistas regionales y nacionales.

Club del Comercio de Bucaramanga

Llamado inicialmente como Liceo de Soto y Club de Soto, este edificio que alberga al Club del Comercio empezó a construirse en 1920, fue diseñado por el italiano Pedro Colón Monticoni quien se ganó ese derecho, a partir de un concurso en el que presentó su diseño denominado“Fortes Fortuna Adjuvat” que significa “la fortuna favorece”.

Se encuentra ubicado a la espalda de la estatua que conmemora el general Santander, el Club del Comercio, una edificación referente por ser un punto de ubicación, pero que paradójicamente es un lugar desconocido por la mayoría de los habitantes, los salones, las obras de arte que conserva, siguen siendo un privilegio que apenas sus socios pueden observar.