Por: Nataly Bustos Rojas
A lo lejos se escuchaba la música decembrina, y aunque era una tarde como cualquier otra, ese momento quedaría grabado en su memoria. Iba doblando la esquina cuando los vio: sus disfraces coloridos hechos de retazos de papel, sus tenebrosas caretas y la vejiga amarrada por una pita a un pedacito de madera, llamaron su atención. Lo que pasó después lo recuerda perfectamente, un sujeto valiente en la misma calle empezó a retar a uno del grupo: “Ehhh, matacho culimacho”, y se dio a la huida antes de que el vejigazo le alcanzara. Esta escena más que asustarle, le causó gracia. Desde ese día se preguntó por la existencia de estos seres que solo aparecen en diciembre y que andan por las calles campantes en busca de un digno toreador.
Son esas dudas sobre la existencia de esta tradición, los matachines, las que el Colectivo Clorofila se planteó. A través de su proyecto interdisciplinario han logrado rescatar memoria histórica, fotografías, contenidos sonoros y audiovisuales que cuentan sobre esta manifestación cultural inmaterial de la región. Su labor inició en 2023 con el primer capítulo, “Málaga”, de la miniserie web “Matachines, Memoria viva y patrimonio popular de Santander”, el cual recibió el apoyo del programa de Estímulos de MinCultura (2023). Así mismo, fueron ganadores de la beca de Estímulos 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Esta tradición se presenta en otros municipios de Santander, por ello el colectivo decidió fragmentar la narración por capítulos. El próximo lanzamiento a finales de esta semana es el capítulo 2: “Capitanejo y Concepción”. El propósito es el mismo: “contar y rescatar el patrimonio de Santander que se está manifestando desde distintas formas”. Episodio a episodio han ido realizando más contenidos, como miniseries web documental, paisajes sonoros, audio historias, series fotográficas, y un capítulo que recopila la historia y tradición desde las diferentes voces de la comunidad, transformando la esencia investigativa del proyecto y dándole un enfoque de creación.
¿Cómo narrar la cultura patrimonial en esta era digital?
El Colectivo Clorofila desea responder a esos interrogantes que la comunidad tiene sobre la tradición, pero, más que todo, divulgar esa memoria viva, esa historia de la que aún no hay registro, sino que se ha conservado por la oralidad. Generar memoria visual y audiovisual a partir de los contenidos digitales con los que llegan a la comunidad; que quienes los conozcan aprendan que lo que llaman “vejiga”está hecha con caucho de llanta y que para ser parte de la tradición de los matachines hay todo un reglamento.
Quizás el lector nunca habrá visitado Málaga, Capitanejo o Concepción por estas fiestas. Por eso, el colectivo pretende conservar a través de la narrativa transmedia esa memoria popular de la comunidad y reconstruir la memoria colectiva lo suficiente como para que quienes visiten los contenidos se encuentren cara a cara con la tradición.
Además del trabajo de reconstrucción histórica colectiva en los diferentes municipios, el Colectivo Clorofila realizó talleres de transferencia de conocimiento con más de cuarenta personas víctimas del desplazamiento o conflicto armado. Así fue como en Málaga enseñaron a la comunidad a hacer las tradicionales caretas, mientras que en el episodio 2 crearon un “kit de salvaguarda”, llamándolo así porque tiene el objetivo de conservar la tradición: compuesto por creación de caretas en Capitanejo y creación de trajes, como el de La Chirosa, en Concepción.
Desde Revista Enredarte lo invitamos a conocer la página web de Colectivo Clorofila y adentrarse en el mundo de la tradición de los matachines. A finales de esta semana estarán lanzando el contenido más reciente de su proyecto: “Matachines, Memoria viva y patrimonio popular de Santander, capítulo 2, Capitanejo y Concepción”: https://colectivoclorofila.com/proyectos/matachines-cap-2/